El primer fin de semana de abril he estado coordinando una actividad de Land Art en la Fundación Tormes. Un tiempo de descubrimiento, creatividad y convivencia. Importa el proceso, el camino, la sorpresa y el trabajo... el resultado también, pero menos.
Era la primera vez que trabajaba con un grupo tan dispar: un grupo de estudiantes estadounidenses (15), tres futuros filósofos, dos biólogas, un administrativo, dos profesoras... así hasta treinta personas. Entre todos hemos desbrozado, adecuado el espacio para generar la pieza... y generado la obra.
Una experiencia enriquecedora. Gracias a todos.
El ojo que crece / De muros y casas.